10 PUNTOS
PARA
UNA CUARESMA DISTINTA
1) Despréndete de tantas
palabras huecas y sin sentido: llénate de la Palabra de DIOS.
2) Abona tu FE con la
participación diaria en la Eucaristía. Un peregrino, no puede llegar al final
de su trayecto, sin saber por qué o por quién lo hace.
3) Carga tu conciencia con la
rectitud del Espíritu. No caigas en la tentación de pensar que, tu
conciencia, es aquello que te da la posibilidad de realizar o pensar lo que
creas conveniente. Deja que Dios la eduque.
4) Vive con sobriedad estos
días. No por tener mucho se es más feliz. La felicidad la da el uso correcto y
sensato de las cosas, no el despilfarro ni la simple apariencia.
5) Busca, insistentemente, un
espacio de silencio. Para lo que queremos no hay inconvenientes ni cansancio.
Una iglesia puede ser la mejor sauna para el cuerpo y el espíritu.
6) Recapacita sobre quién
necesita de tu comprensión o de tu perdón. Si estás enojado con alguien,
derriba esos muros que os separan. Si, por el contrario, otros están distantes
de ti, no dudes en pedir perdón.
7) Lee, cada noche, un trozo
de la Palabra de Dios. ¿De qué nos sirve una mesa si no se sirve comida? ¿Para
qué una valiosa joya si nunca se luce? La Biblia es la perla más preciosa y, no
siempre la más codiciada, en un hogar cristiano.
8) Haz oración. No pienses que
es difícil. Es cuestión de ponerse. Si fueras a un médico, te diría que el
funcionamiento del corazón es muy difícil de explicar. Pero, el paciente sin
saber tanto, siente que en su interior se mueve con dos movimientos. La oración
es el palpitar de Dios con el hombre y del hombre con Dios.
9) Bríndate generosamente. Haz
algo, aunque sea pequeño, en favor de alguna causa. Pero, sobre todo, cuando lo
realices ofréceselo a Dios. No te conviertas en un simple miembro de una “ong”.
Como cristiano, la fuente de tu hacer el bien, está en Dios y no el altruismo.
10) Busca la paz. Trabaja por
ella en lugares tan cercanos como el trabajo o la familia. ¿De qué nos sirve
añorar la paz en el mundo si, luego, somos incapaces de conseguirla en nuestros
pequeños campos de batalla?